lunes, 13 de mayo de 2013

Reina secretísima, la desconocida Marie

marie 002Reina en un pequeño principado, escondido entre Suiza y Austria que es el cuarto país más pequeño del mundo; no es, realmente, una Reina; es decir, no lleva ese título, pero es Princesa Soberana Consorte, recibe tratamiento de Alteza Serenísima y no tiene nadie por encima de ella. Es la más discreta y la menos conocida de las soberanas europeas, pero no la menos activa.
Marie Aglaë Bonaventura Theresia Aglaë Kinsky de Wchinitz y Tettau Lederbur- Wilchen nació, con título de Condesa, el 14 de abril de 1940 en Praga (en ese entonces parte del Protectorado de Bohemia y Moravia) hoy, capital de la República Checa o lo que queda, después de los numerosos cambios de nombre y enredos geográficos. Es hija del conde Fernando Carlos Kinsky de Wchinitz y Tettau y de la condesa Enriqueta Carolina de Ledebur-Wicheln, es decir, tiene ríos de sangre azul y siglos de antigüedad en todo el torrente de su vida. Ese fue su aporte principal al muy rancio y conservador pequeño estado en el que su primo lejano ostenta el título de Príncipe Soberano y de marido suyo.
Es la matrona de una familia real conocida en el mundo por su extrema discreción. Su marido, o, para ponerlo en los mejores términos posibles, su familia, más que dirigir los destinos de un país, lo posee. Son los únicos monarcas absolutistas que quedan en la tierra pues, aunque cuentan con un parlamento de 25 miembros electos por el pueblo (por cierto, las mujeres solo votan en las elecciones nacionales y desde 1984) el Príncipe soberano tiene “poder de veto”, es decir, puede vetar leyes aprobadas previamente por el parlamento. Obtenerlo fue la crisis política más importante de la pequeña nación y ha sido una lucha en la que la siempre discreta Princesa Marie ha estado cerca. Aun cuando no participa en asuntos de estado y la suya es una función oficial de Primera Dama, Marie es una compañera efectiva, excelente embajadora de los deseos de la familia, después de una boda en la que fueron testigos reyes, reinas, príncipes y princesas de todo el mundo, realizada el 30 de Julio de 1967 en Vaduz, la capital de Liechtenstein.
marie 004Hasta ese momento, los condes de Wchinitz y Tettau habían vivido su propio periplo de calamidades; forzados por las guerras, debieron escapar del protectorado en 1945 y asentarse en Alemania, donde Marie se educó en El Claustro Wald en Baden-Wurtenberg regido por las Hermanas de Santa Lioba. A la edad de 17 años terminó sus estudios secundarios y marcho a Inglaterra para perfeccionar su inglés, de allí se fue a Paris donde estudió francés y adquirió destrezas en artes gráficas. Un tercer destino, Dachau en Alemania, le dio la posibilidad de trabajar durante algunos años como asistente artístico para una famosa imprenta. Allí, se reencontró con su primo lejano, el entonces príncipe heredero Hans Adam II de Lichtenstein, con quien estableció una rápida sintonía y cómoda amistad, que poco a poco dio paso al amor. Se comprometieron en el año 1965 contando con la completa aprobación de las familias de ambos, a pesar de que ella es cinco años mayor que él.
En Noviembre de 1983 Hans Adam I abdicó en favor de su hijo Hans Adam II y este, de inmediato, tomó posesión del trono. Marie, como princesa consorte se ha ocupado de diversas fundaciones que promueven el deporte y las artes y ha convertido la Cruz Roja de Lichtenstein, que preside hace 30 años, en un referente mundial. Todo lo hace con extrema discreción. Su Alteza Serenísima Marie, si tiene alguna cualidad notable de cara a la galería, es el de ser, no solo una extraordinaria profesional, sino el de haberlo sido siempre con la mayor moderación y sin farandulerías. Va a muy pocos eventos, casi nunca forma parte de las largas procesiones que anteceden la entrada de la novia real del momento, ni exhibe tiaras y costosísimos aderezos en cenas largas y aburridas en el salón de un palacio ajeno. Podría hacerlo, la familia principesca de Lichtenstein es millonaria y atesora joyas y obras de arte; (famosa es la leyenda de la tiara Kinsky, una vistosa tiara de palmetas que data de los años 20 que perteneció a la familia de la Princesa Marie y fue vendida en tiempos de necesidad; al enterarse, el príncipe la buscó por cielo y tierra, pagó por ella una cantidad mucho mayor a la que de verdad costaba y la regaló a su esposa en un aniversario de bodas. Ella, la agradeció luciéndola en la boda de su hijo mayor, el heredero, y muy pocas otras veces). La princesa Marie es una mujer sencilla, elegante y cuidadosa. No sabe de estruendos vesturales, favorece trajes sastre, va mucho de pantalones para el diario quehacer y su joya emblemática es una antigua gargantilla de varias vueltas de perlas naturales. Usa el cabello muy bien peinado y corto en un estilo que le queda estupendo a su edad y sonríe con simpatía propia de quien está cómoda en su piel.marie 005No le hace falta nada extra para asentarse en su puesto. Su papel en el pequeño y próspero país está perfectamente probado y ella ha sacado sus mejores calificaciones en un reinado que cada día se acerca más a su fin. Aun sin terminar de abdicar formalmente, una buena parte de las labores de estado, muy serias y efectivas, están en manos de los herederos (Luis y Sofía) de modo que, en cualquier momento se retirará y volverá a ser la Condesa de Wchinitz, seguramente mirará atrás y pensará que ha hecho un buen papel. Nadie lo duda, un pequeño grupo de ciudadanos que forman su país de adopción la aplauden, ese es su premio.

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