sábado, 24 de mayo de 2014

Castillo de Stuyvenberg

 
El Castillo de Stuyvenberg, ubicado en el asentamiento real de Laeken,  es propiedad de la Corona Belga y es la residencia oficial de la reina viuda, SM Fabiola de Mora y Aragón (esposa del rey Balduino) El gobierno lo adquirió en 1840, con el único propósito de almacenar propiedades; pero, en 1851 el rey Leopoldo I se hizo cargo del castillo para convertirlo en residencia de su amante, Arcadia Meyer (nacida Claret) fue allí donde nació el segundo hijo de la pareja, Arthur.  Al morir Leopoldo, Madame Meyer se fue de Bélgica y el Castillo quedó abandonado hasta 1889, cuando el rey Leopoldo II empezó una serie de negociaciones de compra, venta y reventa, hasta hacerlo parte de los fondos de la corona. Desde entonces, Stuyvenberg no tuvo una “asignación oficial” hasta 1929, año en que se convirtió en residencia del futuro rey Leopoldo II y su esposa la reina Astrid y sitio de nacimiento de sus hijos menores, Balduino y Alberto II, mas tarde reyes de los belgas. Al morir la reina Astrid, la familia dejó el castillo y se instaló en el palacio de Laeken; una vez más, el castillo quedó vacio y sin asignación; así estuvo hasta que en 1951, se convirtió en la residencia de la reina viuda Elizabeth, allí vivió hasta su muerte en 1965 y, tras una profunda renovación, el castillo se convirtió en lugar de alojamiento para jefes de estado visitantes y algunos miembros del alto gobierno. Al morir el rey  Balduino y subir al trono su hermano Alberto, quien (al igual que su libertina esposa, la reina Paola) nunca había tenido excelentes relaciones con la reina viuda, se planteó el dilema de dotarla de un hogar acorde con su estatus; ninguno como Stuyvenberg, un castillo lleno de historias “pecaminosas” que seguramente necesitaba un poco de la adusta y católica vida sosegada de la reina Fabiola, una mujer de intachable moral y comportamiento rayano en la más decimonónica pacateria; de ese modo, se convertía nuevamente en una propiedad perteneciente a los fondos de la corona.
Por ahora ese es el destino de este hermoso castillo: alojar a las viudas ilustres de los reyes belgas. Nadie sabe lo que sucederá al momento de la muerte de la reina Fabiola, pues incluso en el caso de que la Reina Paola enviudara del Rey Alberto II, ella difícilmente abandonará Belvedere, sitio que por lo demás, corresponde a la princesa heredera actual, una niña muy pequeña como para pensar en castillos a su cargo. Cabe pensar entonces que volverá a conocer periodos de abandono y salones vacios o encontrarán una forma de resolver uno más de los graves entuertos que padece la familia real de los belgas.

2 comentarios:

  1. Las Infantas Pilar y Margarita de España no han heredado sus titulos de Duquexa de Badajoz y de Soria respectivamente de su padre. Se los concedió su padre con motivo de su boda. Estos títulos no son hereditarios, sólo lis pueden utilizar ellas, pasarán de nuevo a la Corona a su fallecimiento.
    SSMM los Reyes Juan Carlos y Sofía, no han perdido ni van perder nunca el tratamiento de Majestad. No tienen tratamiennto de AA Real .

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