sábado, 11 de mayo de 2013

Reina plebeyísima, la llamativa Sonia

sonia 001Es plebeya de toda plebeyitud, no tiene antecedentes nobles ni por accidente y eso le trajo no pocos sinsabores al inicio de su andadura por la vida palaciega. Es suyo el cuento de la cenicienta, más que en cualquier historia parecida, resumido en dolores, rechazos, habladurías, perdones finales y vivieron felices, aunque tal vez no hayan comido perdices.
Es SAR Sonia, Reina Consorte de Noruega, nacida Sonja Haraldsen Ulrichsen, en Oslo el 4 de julio de 1937, en el hogar de clase media formado por el comerciante Karl August Haraldsen y Dagny Ulrichsen. Sin ningún brillo. Con belleza, un mérito que no era suficiente para Olav V, un rey indoblegable en su oposición férrea a los matrimonios morganáticos. La suya es una historia fascinante: la historia de un amor - que cantaría el bolero - como no hay otro igual, hasta que apareció el hijo y una historia parecida, pero más fuerte.
El príncipe Harald, heredero de la corona Noruega, estaba “reservado” para alegrar la vida de Sofía de Grecia y asegurarle a las cortes escandinavas una descendencia digna, rubia y blanca así como un nombre de abolengo que uniera los siglos de tradición helénica con las novedades de un país joven, de reciente independencia, en el que sólo había habido una reina en 53 años. Pero, Sofía se enamoró perdidamente de un príncipe español y Harald – a escondidas – de una desconocida modista de pueblo. Seguramente la providencia hizo el resto: Tardaron 9 años en hacer realidad sus planes y en el intermedio hubo que hacer lo de Dios y lo del diablo para lograrlo como ambos querían; lo hicieron, después de todo, y ya llevan 40 años probándole al mundo que se amaban entonces y se aman ahora, pasados los 70 abriles.PRINCIPE CARLOS ANFITRION CENA GALA JUBILEO REINA ISABELSonia había estudiado sus primeros años en Oslo, donde terminó el bachillerato en 1954 para ingresar en una escuela profesional de diseño de modas y de allí se fue a Suiza, donde estudió ciencias sociales, contabilidad y moda en l'École Professionelle de Jeunes Filles de Lausana; regresó a Noruega y culminó su formación académica tomando cursos de francés, inglés e historia del arte en la Universidad de Oslo. En ese ínterin, conoció al Príncipe Harald, con quien se negó a tener algo más serio, prevenida de las consecuencias, hasta que la insistencia de él derribó sus prejuicios. Se embarcaron en una relación llevada en el más absoluto secreto gracias a la complicidad de poquísimos amigos íntimos que facilitaban encuentros y se prodigaban en labores de mensajeros. Todos los intentos de Harald por hacer público el romance terminaban en la fiera obstinación de un rey empecinado en decir que no, hasta que dos serias amenazas lograron el milagro: Harald prometió que renunciaría a sus derechos dinásticos y Sonia fue más lejos: prometió suicidarse si casaban a Harald con Sofía de Grecia. El anuncio de Harald se hizo público, el de Sonia se mantuvo en familia; nunca se supo si la tomaron en serio: El Rey Olav tras consultar con el gobierno, dio su permiso a los novios. Era el único recurso para continuar la dinastía, pues Harald fue el hijo único de un rey viudo. La boda se celebró el 29 de agosto de 1968 en la Catedral de Oslo, con el boato necesario y justo. Durante el banquete, el novio pronunció un discurso en el que dijo a su esposa: “sabes mejor que nadie lo que siento, tanto ahora como en el pasado. Y mejor que nadie entiendes lo que este momento significa realmente”
Fue aceptada en la corte, sin reservas, e hizo vida de primera dama hasta que en 1991, a la muerte del Rey Olav, Harald ascendió al trono y Sonia se convirtió en Reina Consorte de Noruega, con tratamiento de Alteza Real, palacio y una buena colección de tiaras históricas. Sonia era la primera reina en la corte Noruega en 53 años y la segunda reina desde que Noruega había alcanzado la independencia en 1905. Autorizada a hacerlo, Se convirtió en una buena esposa y mejor reina: creó concursos para jóvenes artistas, fundaciones que atienden la formación de niños y jóvenes en edad escolar o niños discapacitados y promueve firmemente las ofertas turísticas que ofrece Noruega.
sonia 002Todo lo hace con un gesto divertido y un estilo muy particular que cuesta trabajo clasificar. Posiblemente no haya en Europa una soberana más llamativa que la sin par Sonia; Su Majestad sencillamente no da pie con bola. Se puede decir que su estilo tiene que ver con encajes, volantes, fruncidos, faralaos, capas, plisados, muselinas, chiffones, sombreros inverosímiles y colores. Muchos y muy disparatados colores. Parece una costumbre noruega, en la corte algunas veces La Princesa Martha Luisa ha logrado salir airosa, nadie más. Su Majestad Sonia, Reina Consorte de Noruega decepciona (o por lo menos divierte) casi todas la veces que se va de rumba, de día o de noche. Algunos de sus atuendos son más o menos memorables – para el lado malo – como el vestido que usó en la cena previa a la boda de los Príncipes de Asturias, que tenía todos los aditamentos que pueden ponerse para embellecer diez vestidos. Sorprende, claro está, pues su currículo abunda en estudios de diseño de modas. Usa sombreros muy extraños, por eso se le agradece cuando se pone algo que encuentra al pasar y se va para un acto con una simple pamela de rafia. Combina medias de seda, de colores enteros con peep – toes del mismo color y de pronto, rompe la monotonía con un par de guantes sacados de algún baúl de lo insólito o con un abrigo que nadie se pone si está en su sano juicio. Le encanta el labial rojo encendido y el maquillaje. En fin, no es un desastre (pocas veces ha logrado notas pasables) es que, según creo, no tiene quien la devuelva de la puerta de sus reales habitaciones y le aconseje un cambio de traje. Lo que es casi seguro, es que ella no sabe que se equivoca tan a menudo.sonia 004De todos modos no es grave, una buena parte de su tiempo privado lo dedica a su valiosa colección de arte contemporáneo y a sus creaciones abstractas. Otra, a su familia, con quienes logra una sintonía estupenda, en especial con Harald, un rey enfermo y prematuramente envejecido a quien ella cuida y protege con el mismo esmero y dedicación de una juventud llena de injusticias que valieron la pena vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario