Son los "señores" (es el tratamiento primario que reciben todos en señal de máximo respeto) Gobiernan, mandan, son reclamo turístico, jarrón chino o simple símbolo de autoridad. Acompañan el poder desde atrás o caminado al lado. Son los padres de quienes heredarán el reino y tienen, sin duda alguna, un puesto principalísimo en el estatus de sus países. Son los reyes, príncipes o (en un caso) duques que tienen a su cargo defender la permanencia de la institución monárquica, aunque para ello deban pactar con primeros ministros, parlamentos, súbditos indignados y el largo etcétera que está en el medio de sus vidas, que no tienen nada de privado ni cuando se apagan las luces o los ayudas de cámara intentan esconder cualquier cosa que pueda perturbar sus dignas y honorables vidas. Son los hombres de las casas reales de Europa. Solo dos de ellos han obtenido el titulo por matrimonio y no cumplen funciones de gobierno, pero al cerrar las puertas de palacio, probablemente, sean tan reyes, como sus parientes coronados. Aquí empezamos - en sucesivas entregas - el recuento, el más justo posible, de sus vidas. Poco a poco, en este blog, iremos juntando las piezas del gran mosaico que componen las Casas Reales Europeas. Ya hablamos de las Reinas (las damas primero) hoy han llegado sus maridos, los que ponen la firma en el sentido mas estricto del término: Los hombres de la casa.
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