sábado, 9 de noviembre de 2013

Rey bendito entre las mujeres, el simpático Guillermo


Como su abuela y la mayoría de sus reales familiares, es un tipo cercano, afable,  decididamente preocupado por el bien común y educado para ponerlo en práctica desde un trono reservado, desde hace mas de cien años, a mujeres y, aunque quizás se sienta cómodo y protegido en su entorno, ha sido el encargado de romper temporalmente con el matriarcado, para ampliar su historia de transgresiones. Escogió como esposa a una plebeya extranjera y luchó por lograr que le aceptaran la difícil selección, ha ejercido libertades inusuales en un predestinado y es, probablemente, el menos estirado de los monarcas europeos, aunque no por eso el menos cumplidor de un deber ineludible, al que accedió con pleno sentido de responsabilidad, hace pocos meses.
Su Majestad, Willem Alexander Claus George Ferdinand van Oranje-Nassau,  Rey de los Países Bajos, Príncipe de Orange-Nassau, Principe de Lippe-Biesterfield, Marqués de Veere y Flesinga, Conde de Katzenelnbogen, Conde de  Vianden, Conde de Diez y Spiegelberg , Conde de  Buren, Conde de Leerdam , Conde de Culemborg, Vizconde de Amberes, Barón de Breda, Baron de Diest, Baron de  Beilstein, Baron de la ciudad de Grave y de las tierras de Cuijk, IJsselstein, Cranendonk, Eindhoven, Liesveld, Herstal, Warneton, Arlay y Nozeroy , Señor Heredero de Ameland, Señor de Besançon, Señor de  Borculo, Bredevoort, Bütgenbach, Clundert, Daasburg, Geertruidenberg, Hooge Zwaluwe, Señor de Lage Zwaluwe, Het Loo, Lichtenvoorde, Montfoort, Naaldwijk, Niervaart, Polanen, Steenbergen, Sint-Maartensdijk, Sankt Vith, Soest, Ter Eem, Turnhout, Willemstad y Señor de  Zevenbergen;  nació en la ciudad de Utrecht, Holanda,  el 27 de abril de 1967 y se convirtió en Su Majestad, Guillermo Alejandro de los Países Bajos, el pasado 30 de abril de 2013, por abdicación de su antecesora, su madre, la Reina Beatrix de los Países Bajos.  Fue entronizado el mismo día 30 en una emotiva ceremonia a la que asistieron los herederos de las Coronas Europeas, el gobierno nacional casi al completo y todo lo que “vale y brilla” tanto en los países bajos, como en sus territorios del Caribe. Desde entonces, es el hombre de la casa en el Palacio Real de La Haya, un trono de mujeres en el que no se sentaba un hombre desde 1830.

No le falta preparación, sus estudios primarios los realizó en una escuela protestante de La Haya, donde se relacionó con niños de su edad, de todas clases sociales, por exigencia de su madre, quien estaba segura que solo ese roce con la verdad social del país, podría darle una amplia perspectiva para entender los problemas y virtudes del pueblo sobre el que un día reinaría. Asistió luego al  Centro Educativo United World College of the Atlantic en Gales, donde se preparó para entrar a la universidad; entonces, comenzó su formación para ocupar el trono de Los Orange. Hizo una licenciatura y un máster en historia en la Universidad de Leiden,  estudios en ciencias económicas y sociales, orientando su interés a proyectos de administración internacional del agua. El Rey Guillermo Alejandro I  es miembro honorario de la Comisión Mundial del Agua para el siglo XXI y patrocinador de Global Water Partnership, un organismo creado por el Banco Mundial para la vigilancia y uso racionado de los recursos hídricos. En el terreno gubernamental, es miembro principal del  Raad van State, el Consejo de Estado de los Países Bajos;  dispone de una posición de Brigadier en el Ejército Holandés, es Comandante de la Armada y Comodoro de la Fuerza Aérea; además, es un consumado deportista.  Fue  líder del Comité Olímpico Holandés hasta 1998, cuando fue nombrado miembro del Comité Olímpico Internacional (COI), ha volado como voluntario para el "African Medical Research and Education Foundation" (AMREF) en Kenia y en 1991 trabajó como piloto durante un mes para el Kenya Wildlife Service. Ha participado en el maratón de New York, inscrito bajo el nombre de Willem van Buren (un apellido poco conocido de la familia real holandesa) y también en el maratón de patinaje sobre hielo de las Once Ciudades de Frisia.
Todo lo hace amparado en cierta expresión amable y bonachona que no abandona ni en los momentos de mayor solemnidad o contratiempo.  Tal vez, esa haya sido la virtud principal que exhibió cuando tuvo que enfrentarse a la Corte de los Países Bajos para convencerlos de la conveniencia de su matrimonio con Máxima Zorreguieta Cerruti (nacida el 17 de mayo de 1971), una bella mujer de nacionalidad argentina, con antepasados españoles e italianos, a la que conoció en New York, cuando ella se desempeñaba como agente de inversiones.  Fue, probablemente, la ocasión en la que Su Majestad, se vio envuelto en el mayor problema de su vida. Además de ciertos inconvenientes debido a la diferencia de credos, (Guillermo Alejandro es miembro de la iglesia reformada neerlandesa y ella es católica) el Parlamento Holandés descubrió que el futuro suegro del Rey, había desempeñado cargos de importancia en el gobierno criminal del dictador argentino Jorge Videla. Con esa información en mano, en un país que aun lamenta los horrores del nazismo;  la familia de la Srta. Zorreguieta era mucho más que una presencia incómoda, era una visita indeseable. El Primer Ministro, consciente de la posición irreductible del Heredero,  concibió una solución salomónica: La Srta. Zorreguieta se trasladaría a vivir a Holanda, bajo la protección y tutela de SM la Reina Beatrix, dejando atrás todo nexo familiar argentino y estos (los padres argentinos) no participarían en acto alguno de la corte.  El Señor Zorreguieta hizo unas breves declaraciones desde Argentina en las que aceptaba su “castigo” y se abstuvo de venir a la boda (Tampoco se le ha visto, nunca, en un evento oficial del gobierno Holandés, ni visitando en forma privada a su hija)  A pesar de ciertas crítica, más o menos fuertes, de sectores radicales que acusan a Máxima de haber obtenido la nacionalidad holandesa en tiempo record o cosas de ese talante, los hoy Reyes de los Países Bajos, se casaron el  2 de febrero de 2002, en una ceremonia que contó con la presencia de  una gran parte de las casas reales del mundo, el alto gobierno y la aristocracia del país.
Desde entonces son la viva estampa de la felicidad, han tenido tres hijas y parecen apoyarse constantemente el uno en el otro. Viajan con cierta frecuencia a Argentina (de manera completamente privada) y  ella ha ido ganándose poco a poco el corazón de los holandeses. Cualquiera que hayan sido los otros tratos surgidos al amparo de este “flechazo de amor” pertenecen a esa cosa relativa que rodea siempre las biografías publicas de los hombres que hacen la historia; en el caso de SM Guillermo Alejandro I, estas relatividades abundan. Por ejemplo, se ha dicho que puede ser el heredero de una inmensa fortuna. Ha existido siempre el mito de que sus antecesoras, las Reinas Guillermina, Juliana y Beatrix, eran las mujeres más ricas del mundo y, aunque no se ha podido demostrar fehacientemente, la verdad es que, según parece, tal mito no pasa de ser eso. Es posible que la Reina Guillermina fuera una mujer inmensamente rica, pero sus descendientes, en especial su hija, la Reina Juliana, no solo vendió una gran parte de los tesoros familiares en subastas no personales, sino que repartió y otorgó herencias y beneficios a una gran parte de la familia. Al ascender al trono la Reina Beatrix, se calculó que la fortuna que heredaba de su madre, rondaba los 240 millones de dólares, patrimonio que tuvo que compartir con sus hermanos y otros herederos. Por lo tanto, si bien no es un rey “pobre” (ninguno lo es) las voces que lo ponen a la cabeza de la lista Forbes, están muy equivocadas; básicamente, porque la Familia Real de los Países Bajos hace muchos años que no aparece en esa lista.
Su Majestad Guillermo Alejandro I, ha dedicado los primeros meses de su reinado a visitar a sus vecinos y amigos europeos, para estrechar lazos de conveniencia, ocasiones en se le ha visto bien dispuesto. Holanda navega las aguas calmas del equilibrio social y un hombre joven y enérgico ha llegado a la jefatura de ese estado. El futuro pinta inmejorable. ¡Dios Salve al Rey!

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