sábado, 30 de abril de 2011

El Novio



Si hay algo que nos gusta decir del Príncipe Guillermo de Inglaterra es que nos recuerda muchísimo a su madre, la Princesa de Gales. Hay un gesto en la cara de Guillermo, una manera de sonreír con timidez, volteando la cara a un lado y escondiendo la barbilla, que parece calcado directamente de su mamá; esa imagen preciosa fue justo la que vimos al momento en que su llegada a la Abadía de Westminter, anunció que estábamos a pocos minutos del inicio de la  ceremonia.
Vestido con el uniforme rojo de su rango militar más alto, Coronel de la Guardia Irlandesa,  en lugar de vestir el tradicional uniforme azul de teniente de la Real Fuerza Aérea, el novio lucia espléndidamente guapo. El uniforme consta de una casaca roja con botones dorados colocados en doble hilera de cuatro, cuello, charreteras y puños negros con doble pasamanería en amarillo oro, botones dorados y levanta cuello blanco, cinturón de gró color vino claro rematado en borlas doradas, pantalón negro con ancha banda roja al costado y zapatos negros de charol, con espuelas de oro.
En la casaca llevaba una insignia de la real Orden de San Patricio, una estrella de ocho puntas con una inscripción que dice ¿Quién nos separará? Y además, una banda azul con la insignia de las alas de la Fuerza Aérea, la Orden de la Jarretera y la medalla del Jubileo de Oro, en claro homenaje a su abuela, La Reina Isabel II.
Acompañado de su hermano y en esa estampa de galanura, Su Alteza Real el príncipe Guillermo Arturo Felipe Luis, duque de Cambridge, conde de Strathearn, barón de Carrickfergus, real caballero compañero de la Nobilísima Orden de la Jarretera, y magíster en Artes, caminó hasta el altar mayor de la Abadia de Westminter para esperar allí a quien él eligió libremente para intentar una felicidad que no es corriente en su familia.
Minutos después,  las trompetas anunciaron la llegada de Miss Catherine Elizabeth Midlleton.

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