miércoles, 5 de octubre de 2011

Una historia de amor del siglo XXI


Hace menos de 4 años, España temía por su vida. Cada una de sus apariciones, muy escasas en esa época por cierto, mostraban una anciana enferma e impedida que escasamente hablaba y parecía despedirse lentamente de la vida y los placeres que conoció tanto y tanto disfrutó. Un buen día sucedió lo impensable: después de una delicada operación cerebral y otras igualmente peligrosas fases de tratamiento para aliviar, si no una enfermedad, los estragos de la ancianidad en quien ha vivido la vida a todo vapor, Cayetana de Alba era fotografiada en compañía de un “amigo particular”.
No corrió la sangre; se desparramó la tinta de las editoriales y se contaron por siglos, las horas que los programas de la prensa rosa le dedicaron a lo que podía ser el último romance de Doña Cayetana. Con la parsimonia propia de quien ordeña noticias para perpetuarse en el rating, se fue anunciando el nombre del escogido, su ocupación y algunos otros detalles, no exentos de malsana curiosidad morbosa, hasta dejarlo convertido en poco menos que el vividor del año.
El tiempo, que todo lo puede (y que no parece abundar para La Duquesa) ha ido poniendo las cosas en su lugar. Tras una verdadera tempestad mediática, en la que TODOS opinaban que ese noviazgo era la última locura de una señora que jamás se había eximido de vivir a su manera, y después de escuchar los consejos de la mismísima Reina de España, Cayetana y Alfonso comenzaron lo que para muchos de nosotros fue un noviazgo tranquilo y sosegado que, finalmente, hoy ha recibido la bendición de Dios.
Ella tiene 86 años, 2 maridos fallecidos, 6 hijos, 9 nietos, 8 castillos o palacios, un retrato pintado por Goya, varios cuadros de Velásquez y Surbaran, más fama de la que nadie necesita, 46 títulos nobiliarios por derecho propio y es 20 veces Grande de España. Él tiene 61 años, es un funcionario de ministerio con intereses en una tienda de antigüedades que lleva la familia y cierta buena pinta. Eso pareció bastar: Esta mañana en el histórico Palacio de Dueñas de Sevilla, Cayetana Fitz James Stuart y Silva, Duquesa de Alba de Tormes y Alfonso Diez Carabates, se convirtieron por obra y gracia de la libertad de vivir, en Marido y Mujer.
Medio mundo, allá afuera, se ha quedado boquiabierto.

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