domingo, 1 de mayo de 2011

Para siempre jamás...

Publicadas las fotos oficiales del enlace, la noticia, en este mundo de inmediatismos mediáticos, es agua pasada. Hablaremos de eso algunos días, como algo sucedido años atrás y no faltará los que, en cualquier lugar del mundo, usen la Boda de Guillermo y Catherine, para dárselas de progres y despedazar a la Casa Real Inglesa.  Habrá, como no, los que guarden el recuerdo como un tesoro histórico y los que frivolicen la cosa para no admitir que les encantan los cuentos de hadas del siglo XXI.  Otra noticia tan vistosa  borrará el recuerdo de esta y así, pasara la vida, como pasa todo.
Por eso quise hacer el recuento que he hecho, con la dosis de frivolidad con que se narra una boda en la que tanta importancia tienen los tocados de las invitadas, como el chaqué de los señores, como la historia de la silla en la que no te sientas. Después de todo, este es un blog dedicado a las casas reales, una forma muy particular de ver el poder.  Tal vez, el espacio virtual me sirva para archivar la memoria de este día, vivido con genuina emoción, no sé por qué y me permita acudir a él, en esas ocasiones en que me parece que mis hadas madrinas se disfrazaron de Princesas de York. Es así, no queda mucho más por decir. La historia está aquí, guardada.





Colorín, colorao, este cuento se ha acabado.

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