Es la residencia oficial, privada, del Rey de los Belgas y su familia; por lo tanto es el verdadero hogar real de Bélgica. Está ubicado en una de las más exclusivas zonas de la antigua ciudad capital del Reino de Bélgica, Laeken, famoso entre otras edificaciones por la catedral de Santa María y el famoso parque que lleva el mismo nombre. Es un Castillo, es decir, una edificación un poco menos suntuosa y ostentosa que el Palacio Real construido entre 1782 y 1784, con estricto apego a los planos levantados por el arquitecto francés Charles de Wailly, bajo la supervisión de Luis Montoyer y en un principio se concibió como residencia de verano para los Gobernadores de los Países Bajos, que en esa época incluía la región de lo que actualmente es Bélgica, y estaba bajo el dominio de los Habsburgo. El arquitecto francés Charles Girault es el artífice de la composición exterior, gracias a una reforma que se realizó en 1902. Hermosamente decorado con todo tipo de lujos, destaca, en el centro del castillo, neo-clasicista, una fastuosa habitación, decorada en bajo relieves -pintados con los signos del zodíaco- de Gilles-Lambert Godecharle.
Su historia, escrita, como todo lo que tiene que ver con las
familias reales de Europa y el mundo, gracias a los conflictos armados que
dieron forma a ese continente, cuenta entre otras muchas cosas, como el
mismísimo Napoleón Bonaparte, durante sus campañas de expansión, tomo la zona y
habitó el castillo durante una temporada en 1804. Fue entonces necesario que
cayeran las tropas francesas para que el rey Guillermo I de los Países Bajos lo
convirtiera en residencia ocasional. Cuando Bélgica logró su independencia, el
castillo y sus tierras pasaron a manos del rey Leopoldo I de Bélgica quien no
tenia mayor interés en habitarlo; de modo que al asumir el trono, Leopoldo II
decidió convertirlo en su residencia habitual.
Si la edificación propiamente dicha es francamente una de las
“joyas de la corona” belga, quizás sea menester aclarar que buena parte de su
fama se la debe a sus jardines esplendidos y a los Invernaderos Reales de
Laeken: un vasto complejo de monumentales invernaderos, con calefacción, en el
parque del Castillo. El complejo fue encargado por el rey Leopoldo II de
Bélgica y diseñado por Alphonse Balat . Construido entre 1874 y 1895, el
complejo se terminó con la finalización de la "Iglesia de Hierro" manera
como es llamado, el majestuoso invernadero con cúpula que en un principio
serviría como capilla real y que hoy se considera un símbolo de la belleza de
una ciudad bastante hermosa por sí misma. La superficie de suelo total de este
inmenso complejo es de 2,5 hectáreas (270.000 metros cuadrados). 800.000 litros
(más de 200.000 galones americanos) de combustible cada año se necesitan para
calentar los edificios.
Concebido inicialmente por Guillaume I como un inmenso
invernadero, adquirió su actual importancia durante el reinado de Leopoldo II,
quien ordenó la incorporación de una edificación de cristales y hierro con
techo en forma de cúpula que da cobijo a aproximadamente 30 pabellones bajo los
cuales se encuentra un espacio botánico
realizado por el paisajista John Wills enteramente decorados con rocalla. Data
del siglo anterior y se considera tanto un tesoro del Art Nouveau, como uno de
los más grandes que existen en el mundo, siendo verdaderamente increíble las
sorprendentes colecciones de plantas tropicales y subtropicales que alberga
(destacadas colecciones de geranios, azaleas y fucsias)
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